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Huaxtla, el paraíso de Zapopan, Jalisco

 La naturaleza del Cañón de Huaxtla, es la joya escondida del cañonismo que se disfruta a tan sólo 55 minutos del aeropuerto de Guadalajara.

Por: Héctor Meza

Tras los primeros rayos de luz del amanecer que iluminan las montañas jaliscienses, en Zapopan, Jalisco dejan al descubierto, una joya natural que fascina a los amantes de la naturaleza y lo extremo.

Se trata del Cañón de Huaxtla, único por su ambiente semiárido, del cual apenas se hace visible entre sus profundidades, un verdor que resguarda las cascadas que más de uno añoran.

Para disfrutar del cañonismo, uno tiene que llegar a más tardar a las 8 de la mañana al estacionamiento com el que cuenta este lugar y queda a tan sólo 25 minutos de Zapopan.

Es importante ir equipado con calzado de montaña, ropa sport, guantes y de preferencia, asistir con una agencia que provea el equipo adecuado para hacer rapel y traje de neopreno, ideal en saltos de cascadas.

El recorrido consta de casi 5 kilómetros, al iniciar la travesía, uno baja el cañón entre caminos estrechos y rocosos que pueden llegar a dificultar el acceso para algunos.

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No obstante, después de unos 20 minutos, entre más se acerca uno a las partes más bajas, la vegetación comienza a mostrar cierto verdor y una mayor cantidad de rocas que varían de tamaño entre chicas y grandes.

De esta forma, se llega a la primera cascada del circuito conocido también como Cañón del Jaguar, donde uno desciende a rapel una altura de 8 metros y entra en contacto con el agua fría.

Para después nadar y salir entre el comienzo del terreno rocoso que continuará en la mayoría de la aventura, para después gozar de los famosos saltos desde alturas poco elevadas hacia la tranquilidad del río.

Luego de unos 20 minutos, uno llega a un salto de 10 metros, el cual impone para algunos y prefieren bajar entre las rocas, pero otros la enfrentan por la anécdota y el saber que es tirarse al barranco.

El sentir del cuerpo ante la caída, es de apenas una fracción de segundos que se hacen eternos, pero la realidad es que sólo llegas a hacer un pequeño movimiento después de la caída y antes del contacto con el agua.

Poco después, basta con salir del agua para escalar un poco y enfrentarse a la cascada del Rey León, aquella que mide poco más de 22 metros de altura.

Aquí el descenso se hace a rapel, mientras uno baja en uno de los costados, se puede admirar el imponente ruido del agua y escuchar el ruido de algunas personas que bajan por la larga vereda que lleva al estacionamiento.

Al llegar cercano a la parte baja de la cascada, uno puede soltarse de la cuerda, para   tirarse un pequeño clavado.

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Justo saliendo del agua, aquí uno tiene la decisión de continuar o regresarse a la entrada, no obstante, si uno confía seguirá por un largo camino rocoso hasta llegar al salto del Toro, donde uno realiza un salto de aproximadamente 15 metros.

Pero uno se puede tomar un tiempo breve para decidir el salto, ya que a varios los hace dudar el estrecho de rocas qué hay en la parte baja de la caída, que se cruza solo con un impulso hacia adelante al momento de tirarse.

Unos metros más adelante, se encuentra la última cascada, se trata de la de San Lorenzo, que también cuenta con una altura considerable y el agua más helada hasta ahora.

Cañón de Huaxtla

Al salir de la cascada, a tan sólo unos pasos, está un nacimiento de agua termal que se forma entre la montaña y se convierte en el favorito de la gente.

El tiempo estimado del recorrido completo es de casi 4 horas y media dentro del Cañón de Huaxtla o del Jaguar.

Así que si eres fanático de la aventura y de los paisajes naturales, este lugar es ideal para ti.