The Travel Foodie

Lula Martín del Campo rescata los productos mexicanos

La chef exalta dentro de los platillos de su restaurante Cascabel ingredientes como el maíz, el chile y el frijol. 

Por: Héctor Meza

El recuerdo de aquel instante en la niñez al comer un antojito mexicano con la tortilla en mano y el paso en distintas cocinas fue un factor esencial para que la chef Lula Martín del Campo decidiera privilegiar los alimentos mexicanos como el maíz, frijol y el chile en su restaurante Cascabel.

“Trabajamos con granos y semillas que están en riesgo de extinción porque tienen poca demanda, son endémicas, de diferentes lugares, del centro del país, nuestra intención es trabajar con ellos para promover su demanda y de esta manera que los pequeños productores sigan interesados en seguirlos sembrando y cosechando”, dijo Martín del Campo en entrevista con Travel Citizen.

Es así como a través de la promoción de distintos tipos de productos endémicos de Pátzcuaro, Michoacán la chef destaca el maíz rojo, blanco y azul, del cual surgió uno de sus platillos donde exalta la esencia del grano en sus “esquites ancestrales”.

Mismo que la chef recuerda el tradicional trabajo que realizan los pequeños productores dentro del proceso de siembra y cosecha identificando los momentos claves para que no se usen algún tipo de fertilizante químico u artificial.

“Es como si te estuvieran dando el diamante o el tesoro de la familia porque es lo que los ha mantenido durante años”, añadió.

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También destacó que además de los esquites, el maíz criollo lo utilizan para las tortillas, a pesar de que ellos no nixtamalizan, pero en un molino cerca se cercioran de que se respete todo el proceso.

“Aquí en Cascabel promovemos los frijoles, estas semillas en riesgo de extinción y trabajamos con 9 tipos diferentes de ellos, por ejemplo el frijol vaquita negro”, citó.

 

Por otra parte, la chef destacó que en esta temporada de “Día de Muertos”, el restaurante ofrecerá un pan de muerto relleno de camote, este último preparado con jugo de naranja y un poco de mantequilla.

Mismo que se asemeja al color de la flor de cempasúchil que en las creencias mexicanas los muertos la utilizan para seguir su camino y llegar a su altar.