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Un roadtrip por el Puerto de Veracruz

De la mano de una camioneta Tiguan Highline 2021 aventúrate a conocer su gastronomía y bellezas naturales del puerto veracruzano.

Por: Héctor Meza 

El viajar hoy en día a cualquier destino se ha vuelto un deseo para romper los tradicionales esquemas de viaje en avión y por qué no hacerlo vía terrestre.

Es por ello que aquí te recomendamos rentar una Tiguan Highline 2021 de Volkswagen, ideal para hacer viajes en familia y poder disfrutar de una buena comodidad y estabilidad en carretera, gracias a su sistema de manejo inteligente, que incluye el auto hold, un motor 2.0 L TSI de 180 Hp y 320 No de torque y una transmisión DSG de 7 velocidades.

Facilitando una ruta para todo aquel amante de los lugares más tradicionales y escondidos que uno pueda conocer.

 

Comenzamos por la entrada principal compuesta por un extenso pasillo que sale al centro de este recinto donde yace un pozo de dónde sacaban el agua del río de la Antigua que se encuentra a unos metros del municipio.

Las estructuras entrelazadas con las raíces de los amates, considerados como árboles sagrados prehispánicos se vuelven testigos del paso del tiempo por este lugar, sin mencionar que sus muros están hechos de arrecife de coral, piedra volcán del Río y estuco como pegamento lo que da una idea que se erigió en 1523.

Además de ver qué en otras partes de interés, podemos encontrar en la cocina un horno que sería el primer lugar donde se hizo pan de trigo en México y cuya estructura por dentro corresponde a una bóveda catalana.

En un espacio adjunto se puede admirar un cañón que fue descubierto en el río de la Antigua; y al final a un costado, cerramos con la parte final y más importante de esta casa, el lugar de lo que se cree que fue  el cuarto u oficina de Cortés, a un costado de la puerta principal, mismo que cuenta con unas amplias ventanas que utilizaba Cortés para ver quien entraba y salía, además de observarse una pintura original azul y roja en sus paredes.

Cabe resaltar que los lugareños crees que estas ruinas pudieron haber sido una casa de control de aduana o una oficina de administración.

Sin duda, es un municipio que mantiene cierto misticismo y hace que la gente se conecte con con las raíces más profundas de las épocas prehispánicas y de la conquista. 

Posteriormente nos trasladamos al Puerto de Veracruz, a tan sólo unos minutos que nos recibe con una vista magnífica y la brisa de sus olas, a las que tanto elogiaba el compositor Agustín Lara al resaltar que entre ellas hacían su nido.

Con estas vistas, llegamos al Blvd. Manuel Avila Camacho, donde se encuentra el  Acuario de Veracruz, considerado el más importante del estado e inaugurado en 1992, sin dudar es un lugar predilecto para aquellos que gusten de conocer la fauna.

Entre sus pasillos se pueden admirar ejemplares de la selva de los Tuxtlas, entre aves, tortugas, hasta las más increíbles especies marítimas de agua dulce y mar, entre las que destacan las nutrias con aquella vitalidad que las caracteriza; además de ver la pecera cilíndrica más grande de México que alberga una gran variedad de tiburones, destacando entre ellos el tigre.

Y es de los pocos lugares donde los pequeños podrán aprender más sobre el manatí, especie en peligro de extinción y podrán conocer la maravilla de este animal, entre otras actividades con delfines y pingüinos.

Una vez terminado nos dirigimos a nuestro hotel para descansar un rato y comer en uno de sus restaurantes. Así es como llegamos al Galería Plaza Veracruz, ubicado en el BV. Adolfo Ruíz Cortines, que destaca por estar dentro del centro comercial plaza Las Américas y a pocos minutos de la costera y mantiene un clásico  colorido dentro de sus habitaciones que resalta la tradición veracruzana.

Ahí se podrá disfrutar de una comida típica en el restaurante La Mulata,  que se caracteriza por una cocina criolla, con un estilo romántico a la luz de las velas que invita a degustar los alimentos y dentro de sus platillos, destacan un duó de sopes de pescando y pulpo de chilpaya que exaltan de manera perfecta el sabor de ambos animales sin perder su frescura y como principal, un Rib Eye Steak Angus que se acompaña de papa con mantequilla champiñones al ajillo y grave de tomillo.

Al terminar, uno se puede refrescar yendo al malecón, lugar tradicional de Veracruz, donde de noche se pueden disfrutar de algunos de sus edificios icónicos cómo su faro, ver la actividad portuaria y conocer su mercado de artesanías para llevar uno que otro recuerdo y de regreso para cerrar el día, por qué no disfrutar de un paseo en camioneta por las calles de la área portuaria y el centro veracruzano.

Al día siguiente comenzamos el día de forma más relajada desayunando en el buffet y posteriormente, yéndonos en una camioneta del hotel  al club de playa ubicado en Mocambo, a solo 5 minutos para disfrutar del mar y la alberca al aire libre.

Así transcurren las horas hasta que llega el momento de comer en el club de playa, donde el chef comienza por servirnos un clásico cóctel de camarón, que sin duda refresca a cualquiera, como segundo tiempo, un trío de ceviches que se caracterizan por tener un picor distinto, el siguiente se destaca por ser unos camarones al ajillo, después seguir con un arroz a la tumbada y terminar con broche de oro con unas pescadillas acompañadas de guacamole y una sangría.

Cae la tarde y nos preparamos para ir a explorar la ciudad, así que nos dirigimos al centro con dirección hacia la calle de Toña la Negra, en honor a la cantante que dejaría huella al interpretar las canciones de Agustin Lara, ahí podremos regresar el tiempo para admirar las fachadas del barrio la Huaca, fundado aproximadamente hace tres siglos; y hoy es prueba viviente de la conocida “Ciudad de Tablas”, nombre con que se conocía a Veracruz en el siglo XVII.

En el también, se puede admirar la pintoresca construcción de sus casas, además de ser conocido por ser un barrio alegre y festivo al contribuir a la cultura popular con tradiciones como “el viejo” y “la rama”, fiestas celebradas en diciembre que se han extendido y arraigado a través del tiempo hacia todo el Estado de Veracruz.

Además de que ha aportado un gran legado musical popular durante el siglo XX, debido a que en sus calles se han formado artistas de la categoría de Toña la negra, el negro Peregrino, Moscovita y Agustín Lara por mencionar algunos

De ahí nos trasladamos a pie al corazón del centro histórico de Veracruz, que destaca por sus fachadas coloniales y su parque central que en las noches se convierte en un lugar para disfrutar del espectáculo al son de los bailables y música en vivo, así cómo está rodeado de iglesias icónicas cómo la catedral que es visitada por cientos a diario.

De regreso a la camioneta pasamos por el Baluarte de Santiago, que data del siglo XVII y también es conocido como “el Polvorín”, debido a que en el sótano se guardaban la pólvora de los 22 cañones que podía albergar su estructura.

Para cerrar el día, nos dirigimos en busca de un restaurante favorito de los lugareños. Así es cómo llegamos a Los Giros, un restaurante ideal para cualquier amante de los tacos, donde el ambiente se caracteriza por pasar una tarde-noche agradable entre amigos, pareja o familia y disfrutar de uno de los platillos más conocidos, cuya preparación es magistral.

Pues el calor del fuego que acaricia el trompo de pastor y lo hace apetitoso a la hora del corte, convirtiéndolo en un ritual que se complementa con el clásico trozo de piña con cilantro y cebolla, listo para servir a la mesa.

Ahí el entendimiento del taco chico no aplica, pues la tortilla es de buen tamaño, por lo que basta con 4 hasta para los más glotones para llenarse.

En nuestro último día, nos levantamos temprano para desayunar en el hotel e ir a nuestra siguiente aventura, para ello nos trasladamos a la carretera rumbo a Mandinga, a tan sólo 15 minutos del centro de Boca del Río y cuya fama se debe a sus hermosos lagunas y restaurantes con vista a la misma.

Al llegar, nos adentramos en un restaurante local donde uno puede rentar una lancha desde 100 pesos para adentrarse a la aventura y disfrutar de aquellos paisajes inolvidables que ofrece este lugar rodeado de manglares e islotes, los cuales tienen una composición de agua dulce y salada.

Además de una enorme presencia de fauna que van desde una gran variedad de aves, hasta róbalo, medusas y ostiones por mencionar algunos.

Algo mágico para disfrutar ahí es el conocido túnel del beso, mismo que brinda una experiencia fascinante para quien lo visite al atravesar un corredor creado por el bosque de manglares, ofreciendo una vista única.

Y en la parte más grande de la laguna podemos encontrar la isla de las conchitas, la cual es famosa por ser un islote de arbustos con miles de pequeñas conchas de mar y ahí muchos turistas les gusta caminar descalzos sobre ellas.

Concluyendo nuestro paseo en lancha, nos dirigimos a descubrir un nuevo lugar, ubicado a tan solo 45 minutos del Puerto de Veracruz, pasando por Anton Lizardo,  y el Zapote, en una carretera que ofrece vistas increíbles donde puedes sacar provecho al motor de la Tiguan 2021 Highline, y así llegar exactamente hasta las Barrancas, municipio ubicado en Alvarado.

Un lugar que ofrece unas playas magníficas, no obstante, el principal atractivo de ahí son  las Barrancas, conformadas por una pared de más de 15 metros de altura en las que puedes disfrutar de una magnífica vista al mar y lo convierten en una opción para los amantes de la altura y el océano.

Además de que los habitantes ofrecen una cálida bienvenida a cualquier turista para gozar de la playa y este atractivo natural.

De regreso a Veracruz, uno puede comer en el hotel en su Terraza, para disfrutar de unos tacos de pulpo que destacan por su crujiente sabor y cuya presentación se le antojaría a cualquiera

Al terminar, se puede dar una larga caminata por la costera iniciando desde el malecón con aquellas maravillosas vistas, hasta Boca del Río disfrutando así de la noche que ofrece el puerto con su playa y las brisas, hasta que llegamos a nuestra última parada, un lugar icónico que hoy tiene varias sucursales, y es una visita obligada para cualquiera que visite el puerto Veracruzano.

Se trata del Gran Café de la Parroquia, un lugar con más de 212 años de vigencia, cuya apertura se dio en 1740 y hoy nos dirigimos a una de sus sucursales más nuevas, en la que cobra valor la frase del café de la familia, amigos, de la comunión y donde ahí se emerge un ritual por esta bebida, desde que se toca su campana por las mañanas y se tuesta el café enfrente de los comensales.

Y qué mejor forma de cerrar este trip con la clásica bebida que es el lechero y para pedirlo simplemente se tiene que hacer el tintineo.