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Joaquín Cosío conquista el GIFF tras ser reconocido en Irapuato

El actor dedicó los premios de La Cruz de Plata y la medalla de la Filmoteca de la UNAM a su familia en el Teatro de la Ciudad en Irapuato, Guanajuato.

Por: Héctor Meza 

Los aplausos van desmedidos, como aquellos festejos donde entra el mariachi para dar una segunda vida a la fiesta, tanto chicos y grandes se ponen de pie para recibir al personaje que dominó el cine por su pasión desmedida.

A su paso hacia el escenario, mientras baja las escaleras del Teatro de la Ciudad en Irapuato, el histrión que se caracteriza por su gran estatura, logra perderse a los ojos de varios, debido a la gran comitiva que lo acompaña y uno que otro que busca la anhelada foto.

Antes de llegar a primera fila, la gente no deja pasar una oportunidad para dirigirle la palabra y buscar ese instante con su celular que quede para la posteridad.

Misma que refleja esa cercanía que se ha ganado a través de sus personajes como “mascarita” o el “cochiloco” y lo han posicionado como un actor del pueblo.

Joaquín Cosío porta un saco azul y tiene un semblante de emoción que no puede disimular, ya que en su mirada se muestra aquella felicidad desmedida.

Al llegar a su lugar, levanta la mano, en señal de saludo a todo el auditorio, el cual le contesta con más aplausos en el homaneje del GIFF.

Familiares y celebridades que pudieron compartir con Cosío en algún momento de su trayectoria están presentes para celebrarlo.

Entre ellos se encuentran Martha Claudia Moreno, Jorge Aranda, Diana Bovio, Ianis Guerrero, Emilio Portes, Ximena Ayala y más.

Algunos de ellos, pasan al escenario para decir unas breves palabras, pero no hay discurso corto que alcance para desglosar las proezas que el originario de Tepic, Nayarit; y egresado de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez haya logrado.

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Mientras el desde su lugar escucha atentamente, llevándose la mano a la barbilla o cruzando los brazos.

Cuando llega el momento de que Cosío reciba el homenaje, la euforia de la gente se vuelve a ser presente.

El primer galardón lo recibe de parte de la directa del Festival Internacional de Cine de Guanajuato, Sarah Hoch, quien le otorga la cruz de Plata.

Ella le deseó un futuro brillante, y el que pueda hacer más cine al ser joven aún para recibir este tipo de reconocimientos.

El segundo premio entregado proviene de una institución con 64 años de historia, la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México que resguarda los archivos cinematográficos más importantes de América Latina.

La medalla está elaborada a partir de un proceso de recuperación de plata realizado en el laboratorio fotoquímico de la Filmoteca y es único en el país, ahí se han rescatado los grandes clásicos de la cinematografía mexicana.

Mientras, la persona prosigue elogiando la versatilidad del actor, éste aprovecha para dar un poco de ese buen humor que lo caracteriza.

Basta con simplemente acercarse y tratar de ver la medalla, para hacer reír al público presente.

Cosío alza ambas medallas, los aplausos se hacen presentes y el público sigue entregado.

Él dedica aquellos reconocimiento a su familia, a quienes refrendó sus primeros vínculos con el cine, ya que sus hermanos iban a ver películas en Tepic al aire libre y su padre trabajó en una compañía operadora de teatro.

“Sé lo dedico a mí padre, a Mateo mi hijo y Sheila. Me tocó la bendición de que ahora el cine lo hago yo”, dijo el también poeta y maestro de teatro.

Posteriormente el director Emilio Portes lo acompaña en el escenario para dar paso a la proyección inédita de la más reciente película del actor “El precio de educarnos” que fue exhibida solo en el festival y tiene un concepto muy familiar.

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Cosío aprovecha para reiterar la complicidad que tuvo Portes con él, ya que reiteró que fue de los directores que creyó… ya que lo vio trabajando en teatro y de ahí lo invitó a hacer un cortometraje y posteriormente surgiría el poder realizar una película.

Al momento de despedirse del escenario, vuelve a levantar la mano diciendo adiós, pero luego, fiel hacia ese respeto al auditorio.

Hace una reverencia hacia la gratitud del auditorio lleno, que se levanta por completo y reacciona con un largo aplauso.

Así es Cosío para la gente, aquel actor que ha hecho reír, pero también que ha logrado sacar ese lado imponente o el maestro y amigo para muchos de sus colegas.