Los sabores de la primavera llegan a la CDMX

10/04/2023 Héctor Meza

El Balcón del Zócalo trae de la mano del chef Pepe Salinas y su equipo una remembranza de la naturaleza para deleitar el paladar en primavera.

Por: Héctor Meza

Con la frescura de la naturaleza y un juego exquisito de sabores, el “Balcón del Zócalo” liderado por el chef Pepe Salinas, su jefe de sala Eduardo Figueroa y su equipo logran transmitir aquella brisa de la primavera con su nuevo menú degustación.

Mismo que busca dejar una experiencia inevitable al paladar y así enriquecer la memoria con el nacimiento de la naturaleza entre lo atrevido, creativo y perspicaz.

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Comenzando por exaltar las plantas con unas bugambilias con hielo seco que sirven para presentar una preparación japonesa como el mochi, mismo que envuelve una poderosa combinación ácida por su unión entre el aguacate y el chile poblano.

Después llega aquel recuerdo de la frescura del mar, por la propuesta de un vino de manzanilla originario de Sanlúcar, España que es acompañado por una ostra de Baja California con una mignonette de kombucha azul echa en casa.

Para luego seguir con el clásico crujiente que le gusta a más de uno, se trata de un chicharrón poco convencional, que resalta por su base de tapioca que la acompaña un cremoso de camarón, panza de lobina encurtida y cubitos de sandía en vinagre.

Al llegar a los platos fuertes, el comensal podrá encontrar propuestas sublimes entre ingredientes clásicos.

Aquí Salinas destaca la fertilidad a través del conejo, mismo que presenta en un tamal de masa colada bañado en su propio caldo de cocción y un poco de mandarina, que acompañado de un vino Chardonnay 19 Crimes de Australia, dejan a cualquiera alucinante por la intensa sensación que transmite en boca.

Pero sí de inmemorables se trata, el siguiente platillo deja un abanico de sabores en boca, se trata de su lobina rayada acompañada de un mole de sandía, que es preparado con chile ancho, mulato y la fruta, que forman una explosión refrescante al paladar, con ese toque de picor que termina por fascinar.

Lo salado, termina con uno de los clásicos para los amantes de la carne, se trata e una terrina de lechón hecho en casi tres dias por su cocción a baja temperatura y su placa crocante que se logra gracias al horno por segunda vez.

Pero que logra un balance gracias al mole de olla vegetal y milhojas de manzana que lo acompañas, así como con su maridaje de vino naranja Hendri Lurton, del Valle de Guadalupe.

Al llegar al postre, se busca lo simple, ya que a simple vista en el plato impera un trozo de ate de guayaba, queso vegetal, un yogurt casero y un tejocote en conserva.

No obstante, su cierre, es su tradicional platillo de chocolate que se llama Amelia y que siempre varía su presentación.

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En esta ocasión, es un mousse de cacao con base de avellana y hoja santa deshidratada, aquel que da una sensación agradable y memorable, sin ser empalagoso al paladar y cerrando con broche de oro acompañado de una kombucha de rosita de cacao o un café.