Nyra Troyce presenta: Milpa, un tejido con alma
Nyra Troyce presenta su nueva colección inspirada en la milpa mesoamericana, donde busca re conectar con lo esencial y lo bien hecho.
Por: Héctor Meza
Fotografía: Cortesía Nyra Troyce
Desde hace más de una década, Nyra Troyce —interiorista y diseñadora textil mexicana— ha encontrado en la naturaleza su mayor musa.
Hoy, con Milpa, su más reciente colección, nos lleva a un recorrido sensorial y simbólico por uno de los sistemas agrícolas más antiguos de Mesoamérica, ya que cada hilo está cargado de historia, de respeto a la tierra, y de una búsqueda por reconectar con lo esencial.
“La inspiración de esta colección textil es el sistema agrícola milpa de Mesoamérica; quise evocar ese respeto profundo por la naturaleza y cómo interactuamos con ella. El mensaje de esta colección es el valor de las cosas bien hechas”, compartió Troyce en entrevista.
¿Cómo nace la colección Milpa?
-Nace de muchos años de recorrer México y de observar esta forma ancestral de cultivo, donde cada planta se apoya en la otra. El maíz, por ejemplo, crece alto, la calabaza se siembra a su alrededor para brindarle fortaleza, y el frijol se encarga de fijar el nitrógeno en la tierra, nutriendo el suelo. Esa armonía fue mi punto de partida.
Esa analogía la trasladé al diseño y producción: en Milpa cada decisión tiene una repercusión. Usamos hilos de poliéster reciclado —rescatados antes de convertirse en basura— a los que se les aplicó una tecnología especial para lograr una suavidad excepcional, apta tanto para interiores como para exteriores.
También influyó mucho la casa editorial con la que colaboro: tienen procesos limpios, con un fuerte compromiso social, ambiental y tecnológico. Todo se fue tejiendo con una congruencia muy orgánica. Después de más de diez años gestando esta idea y año y medio de trabajo concreto, supe que el nombre debía ser Milpa. Porque se trata de nutrir al de al lado, de diseñar con conciencia, con responsabilidad y con respeto por el proceso.
¿Qué representa para ti Milpa?
-Es absoluta responsabilidad. Es darnos cuenta de que nuestra presencia en la Tierra no es aislada. Somos nodos, estamos conectados unos con otros y con el entorno. No se trata solo de caminar por el mundo pensando en uno mismo, sino de cómo nuestras acciones impactan a los demás.
¿Hay algún viaje que haya sido clave en la inspiración de esta colección?
-Sí. Uno de los más significativos fue un recorrido por Oaxaca, Chiapas y Chihuahua. Estar inmersa en la naturaleza y comprender estos procesos tan armónicos fue una fuente de inspiración total. Entendí que esos saberes ancestrales todavía viven, y quise honrarlos a través del textil.
Háblanos de los diseños que integran la colección.
-La colección tiene diseños lisos y básicos que se pueden combinar entre sí, pero también están cargados de simbolismo. Me inspiré en las culturas mesoamericanas, donde los textiles eran una forma de narrar historias mediante líneas rectas, ya que las figuras curvas eran más difíciles de tejer.
Uno de los patrones más emblemáticos es un rombo con un punto en el centro: representa el ojo de Dios, esa mirada superior que nos protege y nos recuerda el respeto que debemos tener hacia la tierra.
Otro diseño se llama Surco, inspirado en los surcos que se hacen al sembrar. Tiene pausas que simbolizan los espacios entre los seres humanos, y otro patrón muestra interconexiones entre rombos, reflejando la importancia de convivir y consumir de manera honorable.
Mi objetivo fue crear una colección atemporal, que no siga modas pasajeras. Quiero que estas piezas vivan muchos años y que sigan contando historias. Son textiles pensados para perdurar.
¿Qué hay detrás del enfoque sustentable de Milpa?
-Hay varias capas. Primero, rescato poliéster de fábricas y lo transformo en hilo, dándole nueva vida en lugar de dejar que se convierta en desecho. Segundo, son tejidos duraderos y lavables, lo que prolonga su ciclo de vida. Es una apuesta por la sostenibilidad y por el consumo consciente.
¿Qué representa para ti el textil mexicano?
-Es un lenguaje silencioso. Antes de hablar, aprendimos a tejer. El textil mexicano representa las voces de mujeres y hombres que, a través de la urdimbre y la trama, han transmitido historia y cultura de generación en generación. Es una segunda piel que nos envuelve y nos comunica con el mundo. Cada región del país tiene su propia narrativa visual: un tejido de Chiapas no es igual al de Oaxaca, porque el entorno y la cosmovisión son distintos. Es un mapa cultural tejido a mano.
¿Qué fibra recomiendas a quienes buscan un textil que dure muchos años?
-La número uno, sin duda, es la lana. Es noble, cálida y extremadamente durable. Eso sí, una lana de buena procedencia tiene un costo elevado, pero si se puede invertir en una pieza con certificación y origen claro, vale completamente la pena.
La segunda opción es una fibra reciclada. Me parece fundamental empezar a consumir productos que ayuden a reducir los residuos del planeta. Transformar basura en belleza es una forma poderosa de aportar.
¿Dónde pueden adquirirse las piezas de Milpa?
-En México, pueden encontrarlas en el showroom de Gancedo, en la colonia Roma. También están disponibles en Estados Unidos y Europa, a través de la misma casa editorial.
Con Milpa, Troyce no solo presenta una colección textil, sino una declaración de principios: diseñar con conciencia, honrar la tierra, y tejer historias que perduren. Porque, como ella misma dice, “todo lo que tomamos de la Tierra es parte de un ciclo de respeto y reciprocidad”.