Cosimo Pizzería: La auténtica pizza romana en CDMX
Desde sus productos hasta su elaboración, este lugar se destaca por ser único en la variedad de sabores que puedes encontrar en cada pizza.
Por: Héctor Meza
Si el pecado tuviera sabor, seguramente olería a masa recién horneada y queso derretido, un aroma que invita a cualquiera a perderse en el corazón de Santa María la Ribera, donde el tiempo parece haberse detenido entre casonas porfirianas y el murmullo del Kiosco Morisco.
Aquí, entre la historia y el bullicio del barrio, se esconde Cosimo Pizzería, un templo del placer al paladar que celebra el verdadero sabor italiano.
Desde el momento en que cruzas la puerta, el lugar te sorprende con una atmósfera que fusiona lo familiar con lo artístico, pero es la vista la que se rinde ante una vitrina repleta de tentaciones, diseñada para conspirar contra tu dieta y voluntad.
El menú, al igual que la tradición italiana, no da tregua. Desde sus entradas hasta su homenaje a la pizza, cada platillo te invita, casi a la fuerza, a rendirte ante los placeres terrenales que ofrecen.
El festín comienza de tres maneras: con sardinas frescas en un ligero capeado de limón, con la auténtica salchicha siciliana, hecha en casa con carne de cerdo, hinojo y cáscara de naranja bañada en salsa pomodoro, o con una ensalada de espinacas baby, tocino crujiente, piñones, almendras tostadas y crutones hechos a mano.
Y luego, llega la reina de la casa: la pizza romana, una obra maestra que destaca por su masa.
Lo que distingue a la pizza de Cosimo es su masa madre, que fermenta durante 56 horas y tiene una hidratación del 90%, todo ello complementado con ingredientes frescos, harina italiana y un toque de magia en su cocción en charola.
Aquí hay una rebanada para cada personalidad. Los clásicos se rendirán ante la “Margherita”, con su toque de aceite de oliva, albahaca fresca y mozzarella cremosa.
Para el paladar seductor, la Salame Piccante es la opción perfecta: un coqueteo entre la picante intensidad del salami calabrés y la dulzura traviesa de la miel de peperoncino.
Y si hablamos de infidelidades, la Parigina es un romance prohibido entre la pizza y el hojaldre. Un bocado tan pecaminoso que cualquier promesa de “solo una rebanada” se desmorona al primer mordisco, sobre todo para los amantes de lo crujiente.
Todo esto, por supuesto, acompañado de una copa de vino que fluye con la misma suavidad que las conversaciones animadas en sus mesas. Y si eres un amante del buen vino, aquí te esperan algunas de las mejores etiquetas sicilianas.
Para cerrar con un toque goloso, el bombolone es la elección perfecta: un pan brioche relleno de crema de vainilla, espolvoreado con azúcar glass.
Su suavidad y cremosidad dan paso a una explosión de sabores que, junto con un capone —hecho con limoncello de la casa y un shot de ristretto—, apaciguan el deseo del paladar y dejan un regusto delicioso.
La atmósfera, íntima pero vibrante, es el escenario perfecto para citas cargadas de intención o para compartir los pecados entre dos… o más.
En Cosimo Pizzería, el único juicio que importa es el de tu estómago, y él, sin duda, te pedirá más de una rebanada. Así que, ríndete, porque aquí la única penitencia es no probarlo.
¿Dónde? Jaime Torres Bodet 135, Santa María la Ribera, CDMX.
Instagram: @cosimopizzeria
